Eduardo Mendoza reúne en su narrativa una amplísima capacidad idiomática y una potente imaginación. Algunas de sus obras muestran un sentido del humor muy agudo, y Sin noticias de Gurb es una de ellas. El argumento se basa en la visita de dos extraterrestres (con capacidad de adoptar la apariencia humana que quieran) a nuestro planeta, lo que le permite al autor adoptar un punto de vista externo y describir el modo de vida de los humanos de un modo irónico: aspectos de la humanidad que, por ser nuestros, nos parecen muy naturales, cambian por completo al ser contemplados con ojos de seres que, como la imaginería popular sobre los alienígenas propone, son intelectualmente más avanzados. La Barcelona y la España de principios de los 90, y la condición humana en general, reciben unos dardos satíricos llenos de buen humor e vacíos de mala intención, explotando hasta más alllá del surrealismo las posibilidades del absurdo. Observad:
13.00 La posición erecta a que llevo sometido el cuerpo desde hace cinco horas empieza a resultarme fatigosa. Al entumecimiento muscular se une el esfuerzo continuo que debo hacer para inspirar y expirar el aire. Una vez que he olvidado hacerlo por más de cinco minutos, la cara se me ha puesto de color morado y los ojos me han salido disparados de las órbitas, debiendo ir a recogerlos nuevamente bajo las ruedas de los coches. A este paso, acabaré por llamar la atención [...]
14.00 He llegado al límite de mi resistencia física. Descanso apoyando ambas rodillas en el suelo y doblando la pierna izquierda hacia atrás y la pierna derecha hacia adelante. Al verme en esta postura, una señora me da una moneda de pesetas veinticinco, que ingiero de inmediato para no parecer descortés.
Vaya... todo muy normal.
ALFONSO BLANCO